No es novedad que cada vez más, a los niños y también a los
adultos, les resulte difícil comunicarse correctamente por
escrito. ¿El motivo? Los errores de ortografía, una mala
puntuación, la falta de acentos. Es que escribir bien, más allá
de que se trata de una convención social, si se pasa por alto,
dificulta la comprensión de la lectura y, en definitiva, la
comunicación.
"La mala ortografía es un factor de exclusión social. Si una persona escribe con faltas un currículum vitae, jugará en contra cuando se presente a un puesto de trabajo", explica Griselda Gandolfi, coordinadora de Lengua en Editorial Santillana. "Pero, escribir bien —agrega— es bastante más que tener buena ortografía: lograr decir con las palabras exactas lo que pensamos es siempre más importante, aunque el error de ortografía sea más visible".
MAYÚSCULAS, SÍ SE TILDAN
La Fundación del Español Urgente advierte que no poner tilde (acento gráfico) en las letras mayúsculas es una falta grave de ortografía ya que la Real Academia Española nunca ha establecido una norma en ese sentido. La práctica de no tildar las mayúsculas empezó a hacerse común en la época de la composición manual en las imprentas, por los problemas de tipo técnico que generaba, y también cuando se utilizaban las máquinas de escribir, por problemas de tipo estético. Sin embargo, pese a la idea extendida de que no deben tildarse, la Fundéu BBVA, que trabaja con el asesoramiento de la Real Academia Española, considera necesario recordar que las mayúsculas se acentúan obligatoriamente cuando la palabra lo requiera, se trate de una mayúscula inicial o de una palabra entera escrita en mayúsculas (con excepción de las siglas). Así, por ejemplo sería incorrecto escribir: NUEVA ECONOMIA, CRONICA, INUSUAL PERDIDA, etc. Lo correcto hubiera sido escribir: NUEVA ECONOMÍA, CRÓNICA, INUSUAL PÉRDIDA.
¿Qué son exactamente las locuciones adverbiales y cuándo se emplean?
El profesor Leonardo Gómez Torrego dice que se trata de "dos o más palabras que constituyen un conjunto sintáctico indivisible que se comporta igual que un adverbio". Ejemplo de adverbio: "súbitamente". Ejemplo de locución adverbial que podría reemplazar este adverbio: "de repente". El adverbio explica o complementa el verbo para decir cómo, dónde, cuándo, cuánto, etc. Si para ello necesita una sola palabra ("Juan caminó mucho") hemos utilizado un adverbio. Pero si precisamos varias palabras ("Juan caminó sin ton ni son"), se trata de una locución adverbial. El filólogo Joaquín Calvo Sotelo confiere tanta importancia a estas expresiones que las considera "el verdadero antifaz de las palabras" y reconoce que es difícil pero indispensable dominarlas.
ALGO
La palabra algo que tanto se abusa en la conversación, no da la medida se su correcto empleo en su propia definición. Algo es un pronombre indefinido y por tanto, sólo debe usarse cuando queramos dar a la frase un sentido indeterminado cuando queramos mencionar algo.
Leeré algo mientras vienes (correcto)
Hay algo que no comprendo (correcto o incorrecto)
Esa historia tiene algo trágico. Aquí conviene precisar más. Esta historia tiene un sentido trágico.
Son comunes los errores en el uso de algunos posesivos cuando se emplean con la preposición de. Las complicaciones comienzan cuando los pronombres cumplen una función referente a la ubicación, no a la posesión. Son incorrectos los siguientes usos de las formas posesivas: - a través mío; - cerca suyo; - debajo tuyo; - delante nuestro; - dentro mío; - detrás suyo; - encima tuyo; - enfrente mío. Deben usarse estas formas correctas: a través de mí; cerca de usted; debajo de ti; delante de nosotros; dentro de mí; detrás de ella; encima de ti; enfrente de mí. En cambio, y por caprichos de la lengua, son correctas las siguientes construcciones: alrededor mío (tuyo, suyo, nuestro, vuestro); al lado mío (tuyo, suyo, nuestro, vuestro) en contra mía (tuya, suya, nuestra, vuestra); en favor mío (tuyo, suyo, nuestro, vuestro)
Se denominan verbos irregulares, aquéllos en que, al ser conjugados, se operan modificaciones ya sea en la raíz o en alguna de las terminaciones que correspondería aplicar en base al modo y tiempo o en ambas.
Sin embargo, existen casos en que alguna forma conjugada de determinados verbos recibe un cambio; pero no por irregularidad de su conjugación, sino por razones de índole ortográfica, por lo cual esas modificaciones no los convierten en verbos irregulares.
Complementar la información con el link titulado: Verbos irregulares.
«sexis», plural de «sexi»
La Fundación del Español Urgente recuerda que el plural de sexi es sexis.
Sexi es la adaptación gráfica del término inglés sexy, que se ha formado siguiendo la misma norma por la que se rigen otras palabras extranjeras terminadas en consonante seguida de y: cambiando esta y por una i (de dandy, dandi; de panty, panti o de ferry, ferri). Una vez ya hispanizada, el plural de esta palabra se forma simplemente añadiendo una -s a su terminación: dandis, pantis, ferris y sexis.
Así, en ejemplos como «Llegan los bañadores más sexies del verano», «Las propuestas más sexies de las pasarelas» o «Los modelos más sexies se dan cita en esta nueva edición de.» debió escribirse «Llegan los bañadores más sexis del verano», «Las propuestas más sexis de las pasarelas» o «Los modelos más sexis se dan cita en esta nueva edición de.».
El correcto plural de sexi es sexis y no otras formas como sexies.
¿POR QUÉ LAS COMAS Y LAS TILDES SON IMPORTANTES?
Julio Cortázar —otro genio— aseguró que la coma es la puerta giratoria del pensamiento.
Un ejemplo: Hijo, muerto está, tarde llegamos.
Si quitamos una coma: Hijo muerto, esta tarde llegamos . ¿Será que una tilde y una coma no sirven de nada? ¡El finado es diferente!
Esta otra belleza: Si el hombre supiera el valor que tiene, la mujer andaría en cuatro patas en su búsqueda .
Si la coma se corre dos palabras, se lee: Si el hombre supiera el valor que tiene la mujer, andaría en cuatro patas en su búsqueda.
El prestigio del lenguaje pareciera ser contrario al de la escritura. Se habla mal y se escribe mal y aún así habita la idea de que hablamos el mejor español del planeta.