viernes, 29 de abril de 2011

Tengamos en cuenta


Los barbarismos

Definidos por algunos diccionarios como "vicio del lenguaje", los barbarismos abarcan no sólo errores ortográficos, sino también problemas de pronunciación. Algunos son tan comunes que el hablante sabe que son incorrectos, pero en su círculo familiar se permite pronunciarlos sin corregirlos (por ejemplo alverja en lugar de arveja, o dentrífico en vez de dentífrico).
Sin embargo, algunos de los barbarismos que más pasan desapercibidos y que provocan conflicto, son los siguientes:


Forma incorrecta*
  • Enriedo* Enredo
  • Idiosincracia* Idiosincrasia
  • Persuación* Persuasión
  • Preveer* Prever
  • Visicitud* Vicisitud
  • Suscinto* Sucinto

La cuestión de la normativa

En el ámbito académico, la gramática de hoy en día no es afecta a definirse como gramática normativa. Muchos años se basó sólo en ese campo estructurado y quedaron muchas áreas sumamente ricas, otros problemas del lenguaje por explorar, por ejemplo la intención comunicativa del hablante, la región de la que proviene, su dialecto, o la situación o contexto en que pronuncia su discurso.
No obstante, todo alumno se tropieza en algún momento con esta clase de dudas con respecto a la norma, y nunca está de más tener un breve compendio. Alumnos que aspiran a ser maestros, correctores, escritores o simplemente a un puesto laboral que exige un conocimiento preciso del idioma
Suelen ser palabras cotidianas, se usan todo el tiempo y a la hora de llevarlas al papel surgen los conflictos, ¿qué hay que tener presente para no equivocarse?No son siempre aquellas palabras llamadas "difíciles", a las que el oído está desacostumbrado, las que generan los errores. Muchas veces el habla sencilla, coloquial y cotidiana, a la hora de ser trasladada al papel, genera dudas y es motivo de consulta por parte de alumnos de todos los niveles de enseñanza, así como de toda persona que desea mejorar su escritura y eliminar los errores ortográficos.


Cuidado con los homófonos

Los homófonos son palabras que suenan igual, pero que se escriben distintas, y son, sin dudas, la mayor causa de confusión a la hora de decidir entre una grafía y otra. Por este motivo, siempre hay que tener en cuenta el contexto en el que aparecen y el significado para no cometer errores.